Hoy 1 de abril, las Iglesias católica, ortodoxa y anglicana, celebran la
fiesta de esta santa penitente.
En Villanueva del Trabuco, el Duque de Osuna mandó construir una Ermita
dedicada a esta Santa. Quizás era una devoción de su familia. En el lugar de
esa Ermita, en 1760 se erigió la Parroquia. Esta fecha está impresa en la pila
bautismal. De la antigua ermita no hay nada.
Quizás deberíamos de hacerle fiesta, porque también formó parte la
historia de la fe y de los antecedentes esta Parroquia. Aunque fiesta ahora no
podemos hacerle en la Iglesia, por los días de confinamiento.
Recojo aquí este artículo de EWTN.COM, con una curiosa historia sobre su
vida:
Una
hermosa tradición muy antigua cuenta que en el siglo V un santo sacerdote
llamado Zózimo después de haber pasado muchos años de monje en un convento de
Palestina dispuso irse a terminar sus días en el desierto de Judá, junto al río
Jordán. Y que un día vio por allí una figura humana, que más parecía un
esqueleto que una persona robusta. Se le acercó y le preguntó si era un monje y
recibió esta respuesta: "Yo soy una mujer que he venido al desierto a
hacer penitencia de mis pecados".
Según la
tradición aquella mujer le narró la siguiente historia: Su nombre era María.
Era de Egipto. Desde los 12 años llevada por sus pasiones sensuales y su
exagerado amor a la libertad se fugó de la casa. Cometió toda clase de
impurezas y hasta se dedicó a corromper a otras personas. Después se unió a un
grupo de peregrinos que de Egipto iban al Santo Sepulcro de Jerusalén. Pero
ella no iba a rezar sino a divertirse y a pasear.
Y sucedió
que al llegar al Santo Sepulcro, mientras los demás entraban fervorosos a
rezar, ella sintió allí en la puerta del templo que una mano la detenía con
gran fuerza y la echaba a un lado. Y esto le sucedió por tres veces, cada vez
que ella trataba de entrar al santo templo. Y una voz le dijo: "Tú no eres
digna de entrar en este sitio sagrado, porque vives esclavizada al
pecado". Ella se puso a llorar, pero de pronto levantó los ojos y vio allí
cerca de la entrada una imagen de la Santísima Virgen que parecía mirarla con
gran cariño y compasión. Entonces la pecadora se arrodilló llorando y le dijo:
"Madre, si me es permitido entrar al templo santo, yo te prometo que
dejaré esta vida de pecado y me dedicaré a una vida de oración y penitencia. Y
le pareció que la Virgen Santísima le aceptaba su propuesta. Trató de entrar de
nuevo al templo y esta vez sí le fue permitido. Allí lloró largamente y pidió
por muchas horas el perdón de sus pecados. Estando en oración le pareció que
una voz le decía: "En el desierto más allá del Jordán encontrarás tu
paz".
María
egipciana se fue al desierto y allí estuvo por 40 años rezando, meditando y
haciendo penitencia. Se alimentaba de dátiles, de raíces, de langostas y a
veces bajaba a tomar agua al río. En el verano el terrible calor la hacía
sufrir muchísimo y la sed la atormentaba. En invierno el frío era su martirio.
Durante 17 años vivió atormentada por la tentación de volver otra vez a Egipto
a dedicarse a su vida anterior de sensualidad, pero un amor grande a la Virgen
María le daba fortaleza para resistir a las tentaciones. Y Dios le revelaba
muchas verdades sobrenaturales cuando ella estaba dedicada a la oración y a la
meditación.
Le
hizo prometer al santo anciano que no contaría nada de esta historia mientras
ella no hubiera muerto. Y le pidió que le trajera la Sagrada Comunión. Era
Jueves Santo y San Zózimo le llevó la Sagrada Eucaristía. Quedaron de
encontrarse el Día de Pascua, pero cuando el santo volvió la encontró muerta,
sobre la arena, con esta inscripción en un pergamino: "Padre Zózimo, he
pasado a la eternidad el Viernes Santo día de la muerte del Señor, contenta de
haber recibido su santo cuerpo en la Eucaristía. Ruegue por esta pobre
pecadora, y devuélvale a la tierra este cuerpo que es polvo y en polvo tiene
que convertirse". El monje no tenía herramientas para hacer la sepultura,
pero entonces llegó un león y con sus garras abrió una sepultura en la arena y
se fue. Zózimo al volver de allí narró a otros monjes la emocionante historia,
y pronto junto a aquella tumba empezaron a obrarse milagros y prodigios y la
fama de la santa penitente se extendió por muchos países.
Según la web OrthodoxWiki:
A esta santa, se conmemoraba el "Domingo
de Santa Maria de Egipto", el sexto domingo de la Gran Cuaresma. Y “La vida de Santa Maria de
Egipto" se
lee durante la Gran Cuaresma junto con el Gran Canon de
San Andrés de Creta.
Además añade estos himnos
de liturgia de la fiesta de la santa, en la Iglesia Ortodoxa:
Tropario (Tono
8)
En ti fue preservada la imágen con exactitud, Oh Madre
María;
Porque llevaste la Cruz y seguiste a Cristo.
Obraste y enseñaste a pasar por alto al cuerpo siendo
perecedero;
Y de ciudar las cosas del alma por ser inmortal.
Por eso, Oh Piadosa, se regocija tu espíritu
eternamente junto a los Ángeles.
Kontakio (Tono
4)
Tu que alguna vez fuiste llena de toda clase de
fornicación,
Eres ahora vista como la Novia de Cristo por tu
arrepentimiento.
Imitaste y emulaste la vida de los ángeles,
Por la Cruz aniquilaste las hordas demoníacas;
Por ello eres ahora la novia en el Reino de los
Cielos, ¡Oh humilde María!