miércoles, 1 de abril de 2020

Santa María de Egipto



Hoy 1 de abril, las Iglesias católica, ortodoxa y anglicana, celebran la fiesta de esta santa penitente.

En Villanueva del Trabuco, el Duque de Osuna mandó construir una Ermita dedicada a esta Santa. Quizás era una devoción de su familia. En el lugar de esa Ermita, en 1760 se erigió la Parroquia. Esta fecha está impresa en la pila bautismal. De la antigua ermita no hay nada.

Quizás deberíamos de hacerle fiesta, porque también formó parte la historia de la fe y de los antecedentes esta Parroquia. Aunque fiesta ahora no podemos hacerle en la Iglesia, por los días de confinamiento.

Recojo aquí este artículo de EWTN.COM, con una curiosa historia sobre su vida:
Una hermosa tradición muy antigua cuenta que en el siglo V un santo sacerdote llamado Zózimo después de haber pasado muchos años de monje en un convento de Palestina dispuso irse a terminar sus días en el desierto de Judá, junto al río Jordán. Y que un día vio por allí una figura humana, que más parecía un esqueleto que una persona robusta. Se le acercó y le preguntó si era un monje y recibió esta respuesta: "Yo soy una mujer que he venido al desierto a hacer penitencia de mis pecados".
Según la tradición aquella mujer le narró la siguiente historia: Su nombre era María. Era de Egipto. Desde los 12 años llevada por sus pasiones sensuales y su exagerado amor a la libertad se fugó de la casa. Cometió toda clase de impurezas y hasta se dedicó a corromper a otras personas. Después se unió a un grupo de peregrinos que de Egipto iban al Santo Sepulcro de Jerusalén. Pero ella no iba a rezar sino a divertirse y a pasear.
Y sucedió que al llegar al Santo Sepulcro, mientras los demás entraban fervorosos a rezar, ella sintió allí en la puerta del templo que una mano la detenía con gran fuerza y la echaba a un lado. Y esto le sucedió por tres veces, cada vez que ella trataba de entrar al santo templo. Y una voz le dijo: "Tú no eres digna de entrar en este sitio sagrado, porque vives esclavizada al pecado". Ella se puso a llorar, pero de pronto levantó los ojos y vio allí cerca de la entrada una imagen de la Santísima Virgen que parecía mirarla con gran cariño y compasión. Entonces la pecadora se arrodilló llorando y le dijo: "Madre, si me es permitido entrar al templo santo, yo te prometo que dejaré esta vida de pecado y me dedicaré a una vida de oración y penitencia. Y le pareció que la Virgen Santísima le aceptaba su propuesta. Trató de entrar de nuevo al templo y esta vez sí le fue permitido. Allí lloró largamente y pidió por muchas horas el perdón de sus pecados. Estando en oración le pareció que una voz le decía: "En el desierto más allá del Jordán encontrarás tu paz".
María egipciana se fue al desierto y allí estuvo por 40 años rezando, meditando y haciendo penitencia. Se alimentaba de dátiles, de raíces, de langostas y a veces bajaba a tomar agua al río. En el verano el terrible calor la hacía sufrir muchísimo y la sed la atormentaba. En invierno el frío era su martirio. Durante 17 años vivió atormentada por la tentación de volver otra vez a Egipto a dedicarse a su vida anterior de sensualidad, pero un amor grande a la Virgen María le daba fortaleza para resistir a las tentaciones. Y Dios le revelaba muchas verdades sobrenaturales cuando ella estaba dedicada a la oración y a la meditación.
Le hizo prometer al santo anciano que no contaría nada de esta historia mientras ella no hubiera muerto. Y le pidió que le trajera la Sagrada Comunión. Era Jueves Santo y San Zózimo le llevó la Sagrada Eucaristía. Quedaron de encontrarse el Día de Pascua, pero cuando el santo volvió la encontró muerta, sobre la arena, con esta inscripción en un pergamino: "Padre Zózimo, he pasado a la eternidad el Viernes Santo día de la muerte del Señor, contenta de haber recibido su santo cuerpo en la Eucaristía. Ruegue por esta pobre pecadora, y devuélvale a la tierra este cuerpo que es polvo y en polvo tiene que convertirse". El monje no tenía herramientas para hacer la sepultura, pero entonces llegó un león y con sus garras abrió una sepultura en la arena y se fue. Zózimo al volver de allí narró a otros monjes la emocionante historia, y pronto junto a aquella tumba empezaron a obrarse milagros y prodigios y la fama de la santa penitente se extendió por muchos países.


Según la web OrthodoxWiki:

A esta santa, se conmemoraba el "Domingo de Santa Maria de Egipto", el sexto domingo de la Gran Cuaresma. Y “La vida de Santa Maria de Egipto" se lee durante la Gran Cuaresma junto con el Gran Canon de San Andrés de Creta.
Además añade estos himnos de liturgia de la fiesta de la santa, en la Iglesia Ortodoxa:

Tropario (Tono 8)
En ti fue preservada la imágen con exactitud, Oh Madre María;
Porque llevaste la Cruz y seguiste a Cristo.
Obraste y enseñaste a pasar por alto al cuerpo siendo perecedero;
Y de ciudar las cosas del alma por ser inmortal.
Por eso, Oh Piadosa, se regocija tu espíritu eternamente junto a los Ángeles.

Kontakio (Tono 4)
Tu que alguna vez fuiste llena de toda clase de fornicación,
Eres ahora vista como la Novia de Cristo por tu arrepentimiento.
Imitaste y emulaste la vida de los ángeles,
Por la Cruz aniquilaste las hordas demoníacas;
Por ello eres ahora la novia en el Reino de los Cielos, ¡Oh humilde María!


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